Las LESIONES MUSCULARES representan la mayoría de las lesiones en muchos deportes, por lo tanto, es indispensable saber la gravedad de la lesión y el tipo de lesión para poder programar una puesta a punto de vuelta a la actividad normal.
Se puede definir una lesión muscular a grandes rasgos como “la alteración en la anatomía y/o fisiología en el tejido muscular”, esta alteración puede deberse a un FACTOR INTRÍNSECO como puede ser una mala hidratación o una contracción desproporcionada o debido a un FACTOR EXTRÍNSECO como puede ser un golpe externo.
La sintomatología de una lesión muscular en el momento de la lesión es muy característica, si la lesión es notoria suele venir acompañada de un SIGNO DE LA PEDRADA en el momento de la lesión, seguido de una impotencia funcional y un dolor inmediato en la zona de rotura. Conforme avanza la fase aguda, se pueden ir observando otros síntomas como la hinchazón en la zona, el dolor a la contracción y un hematoma que se puede quedar interno en la zona de rotura o aparecer en la superficie de la piel.
Las lesiones musculares se van a clasificar según la afectación de las fibras musculares del tejido afecto. Las lesiones musculares pueden avanzar desde una elongación en las que las fibras musculares dañadas van a ser casi nulas, a una rotura fibrilar en la que ya tendríamos un porcentaje de fibras musculares dañadas significativas, a una rotura muscular donde muchas fibras de ese músculo estarían dañadas acabando en una rotura muscular completa.
¡ATENCIÓN! No va a recuperarse igual una rotura fibrilar en un musculo que en otro, el tiempo de recuperación se verá afectado por el músculo que se lesiona además de otros factores externos.

